oy nos reunimos para recordar y honrar la vida de un hombre excepcional, D. Joaquín Menéndez Cabo, quien recientemente nos dejó. D. Joaquín fue un somedano de corazón, que compartió su vida entre las montañas y las brañas de Arbeyales, Agones y Grao. Su legado se extiende por toda la comunidad, tocando los corazones de aquellos que tuvieron el privilegio de conocerlo.
Joaquín era más que un vecino; era un amigo, un padre, un abuelo y un hermano. Su conexión con la comunidad era profunda, y su amor por esta tierra era innegable. Recordamos con cariño su risa contagiosa, su amabilidad y su pasión por la vida. Era un hombre que siempre tenía una canción en el corazón y una sonrisa en el rostro.
Su legado trasciende a través de las generaciones. Fue el padre de Cándida Menéndez, quien dejó una huella imborrable como profesora en el colegio Prieto Bances de Grullos. También fue el abuelo orgulloso de Natalia, quien sirvió como alcaldesa de Candamo. Y, por supuesto, fue el hermano de nuestro querido párroco, D. Servando Menéndez Cabo, quien dejó una marca indeleble en nuestra comunidad.
Hoy despedimos a D. Joaquín con gratitud en nuestros corazones por los momentos compartidos, las lecciones de vida y la alegría que nos brindó. Aunque nos deja físicamente, su espíritu vive en cada rincón de este lugar que amaba profundamente.
Mientras el verde de las montañas y las brañas de Arbeyales resplandece con más fuerza, sabemos que D. Joaquín Menéndez Cabo siempre estará presente en nuestros recuerdos y en los ecos de las canciones que solía entonar. Descansa en paz, querido vecino y amigo. Tu legado perdurará en nuestra comunidad para siempre.
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