Las salinas de Torrevieja son las de mayor extensión en Europa, este es un dato inescrutable. Un arma fundamental en los tiempos de frío que se ha convertido, desde el verano de 2017, en un filón turístico que lleva a miles de visitantes a la laguna rosa, para disfrutar de un espectáculo sin igual. Un espacio único y especial.
Y es que la salinera de Torrevieja ha dado inicio esta semana a la campaña de exportación de sal a través del mar con más de 300.000 toneladas de las que 240.000 irán destinadas al deshielo de carreteras de los países nórdicos, Reino Unido e Irlanda. Un impulso sin lugar a duda al transporte del mercado exterior, donde los mercantes forman parte fundamental en el traslado desde el puerto alicantino del producto natural de prevención más solicitado en estas fechas.
Y es que el comienzo del aprovechamiento de la sal en la laguna de La Mata se remonta a la época romana (S.I a. C), cuando los ciudadanos la utilizaban en múltiples usos. Ya en el siglo XIX se inició la explotación industrial utilizando un modelo artesanal, convirtiendo a Torrevieja en el primer productor de sal en Europa.
Cabe destacar que el 50% de esta sal se exporta fuera de las fronteras españolas, siendo utilizada para infinidad de usos, destacando a su vez el salado de los alimentos para su consumo y conservación.
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