La tranquila localidad de Alzira, en Valencia, se vio sacudida por un trágico episodio que ha dejado consternada a la comunidad. Los acontecimientos han revelado una historia de sufrimiento oculto y una relación que pasó de ser “bonita al principio” a volverse tumultuosa y difícil. Raquel, una mujer cuyo nombre ahora resuena en medio del lamento y la tristeza, perdió la vida en lo que parece ser un acto de violencia de género a manos de su exmarido, Bartolo Bort, un policía jubilado que, según las pruebas, optó por el suicidio como trágico desenlace.
Los amigos y vecinos de Raquel han roto el silencio y han compartido detalles escalofriantes sobre la relación entre la víctima y el presunto agresor. Hablando bajo el peso de la tragedia, revelaron que la relación de Raquel y Bartolo tuvo un inicio prometedor pero se tornó tumultuosa con el paso del tiempo, estando plagada de problemas durante más de tres años.
Las amigas de Raquel compartieron su preocupación y su tristeza por no haber intervenido antes. En sus propias palabras, “no queríamos hablar, no queríamos decir nada, queríamos ser prudentes, por si cada uno iba por su lado y todo acababa bien”. Sin embargo, la situación escaló a un trágico final cuando Raquel fue retenida durante horas en el domicilio de su exmarido.
En cuanto a Bartolo Bort, las descripciones de las personas que lo conocieron pintan una imagen perturbadora. Lo calificaron como un hombre “supermachista” y afirmaron que ejerció maltratos psicológicos sobre la víctima. Aunque nunca había llegado a agredirla físicamente antes, el desenlace de esta historia macabra demostró la peligrosidad que emanaba de su comportamiento.
Una amiga cercana detalló que Bartolo intentaba aislar a Raquel de su círculo social. “La quería para él, y como ella no quería… Eran discusiones, nunca llegó a pegarla, por eso no le tenía miedo, si no, no hubiera subido [a su domicilio]. Pero nosotras le decíamos. ‘No subas al chalet, que ahora que está separado está más enfadado, pero no nos hizo caso'”, lamentan con pesar.
Este trágico suceso sirve como un recordatorio impactante de la persistencia de la violencia de género en nuestras sociedades y la importancia de prestar atención a las señales de advertencia. La comunidad de Alzira y más allá llora la pérdida de Raquel, mientras que sus palabras finales quedan grabadas en la memoria colectiva, instando a una reflexión profunda sobre cómo podemos actuar y prevenir tragedias similares en el futuro.
- Te recomendamos -