La ciudad de Torrevieja ha sido testigo de un triste acontecimiento natural, tras el oleaje intenso de los últimos días que ha dejado en su litoral los restos de una tortuga boba y un delfín listado. Estos incidentes, aunque desafortunados, han servido para poner de manifiesto la efectividad del protocolo municipal y autonómico para estos casos.
En el episodio de la tortuga boba, fue la Guardia Civil quien dio aviso al 112 para activar el correspondiente protocolo. La Red Valenciana de Varamientos tomó entonces el relevo, coordinando con el Ayuntamiento la retirada del cadáver. Paralelamente, el caso del delfín listado fue reportado por dos ciudadanos concienciados, Borja Candela y Marcos Real, que no dudaron en llamar al 112 para activar el procedimiento establecido.
En ambos sucesos, los equipos de limpieza y mantenimiento de playas, gestionados por Acciona y alertados por la Concejalía de Medio Ambiente, procedieron con la retirada de los cuerpos. Desafortunadamente, el estado de descomposición avanzado de los animales ha hecho imposible la realización de necropsias para determinar las causas de su muerte. Ya han sido entregados a la entidad especializada encargada de su eliminación.
Es relevante destacar que, en semanas anteriores, se han registrado avistamientos de tortugas bobas alimentándose en aguas cercanas, entre Torrevieja y cabo de Palos, así como la presencia de grupos de delfines mulares en proximidades al puerto de Torrevieja. Estos encuentros subrayan la riqueza biológica de las aguas de la región y la importancia de proteger su biodiversidad.
La respuesta rápida y organizada ante estos eventos subraya la preparación de la comunidad y las autoridades locales frente a situaciones de emergencia ambiental, resaltando la importancia de la colaboración ciudadana y la eficacia de los protocolos de actuación en la conservación de la naturaleza marina.
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